Video. El día que el sol de detuvo. Por el Rab Eliezer Chama
En el marco de Guimel Tamuz que comenzó este Motzaé Shabat, fecha que marca la desaparición física del Rebe, Rav Menajem Mendel Schneerson, el Rabino Eliezer Chama compartió unas palabras profundas y conmovedoras sobre la vigencia del legado del Rebe.
“El Rebe no fue simplemente un líder para su generación, sino una luz eterna para todas las generaciones”, expresó Chama con emoción. “Guimel Tamuz no es una fecha de tristeza, sino de profunda reflexión y compromiso. Es el día en que renovamos nuestro vínculo con el Rebe, con su visión, con su misión”.
Destacó que, incluso en un mundo material donde muchas veces lo espiritual queda relegado, el Rebe enseñó que cada acto, por más pequeño que parezca, tiene un impacto eterno. “El Rebe nos mostró que cada uno de nosotros tiene una chispa divina y una misión única que nadie más puede cumplir. No se trata solo de estudiar Torá o cumplir mitzvot, sino de hacerlo con alegría, con pasión, con entrega.”
Chama también remarcó cómo el Rebe transformó el liderazgo judío en una fuente de cercanía y amor: “Miles de personas, incluso aquellas alejadas de la observancia, encontraron en el Rebe una figura paterna, un guía espiritual que les hablaba con respeto, sin juzgar, siempre buscando elevar”.
Finalmente, instó a todos a actuar: “En Guimel Tamuz, el mejor homenaje que podemos hacerle al Rebe no son solo palabras, sino acciones: colocar tefilín, encender velas de Shabat, estudiar una sijá, ayudar a otro y aumentar en buenas acciones. Porque como el Rebe nos enseñó: ‘El momento de la Gueulá ha llegado, solo queda abrir los ojos’”.