De estudiante con dificultades a director: Touro le dio al rabino Aron Fried la oportunidad de cambiar vidas.

Cuando era niño, el rabino Aron Fried luchó contra la dislexia en su escuela de Williamsburg. “No había nada disponible para mí cuando era
niño”, recordó. Casi veinte años después, el rabino Fried quería asegurarse de que ningún niño tuviera una experiencia como la suya, y
la Escuela para la Educación Permanente de Touro le dio las herramientas para hacerlo posible.
A la edad de 13 años, el rabino Fried fue enviado a una escuela en Israel donde pasó los siguientes siete años. Si bien su escolarización allí fue mejor, su regreso a Estados Unidos fue complicado. “Perdí por completo mi comprensión del idioma inglés”, admitió Fried.

Pensando en una carrera que podría marcar la diferencia, el rabino Fried llamó al número de la Escuela para la Educación Permanente (SLE)
de Touro. “Los llamé y les pregunté: ‘¿Es este Touro?’”, se rió. “Les dije que mi inglés era malo y que apenas podía hablar o escribir. Me dijeron que entrara. Tan pronto como entré, sentí que este lugar estaba diseñado para personas jasídicas como yo, sin conocimiento previo del mundo secular, que quieren convertirse en profesionales”.

SLE fue un pionero. SLE fue la primera escuela en darse cuenta de la gran necesidad que había de este tipo de programa, y sentaron las bases para todo lo demás. El rabino Fried inicialmente eligió la psicología como especialidad antes de cambiarse a la educación.

Puso en práctica lo que aprendió como maestro de educación especial para una ieshivá local.
“Touro cambió por completo mi forma de pensar sobre cómo veo a las personas con discapacidades y al mundo en general”, dijo el rabino
Fried.

Después de obtener una licenciatura, el rabino Fried continuó en la escuela para obtener una maestría en educación. Pasó un total de cinco
años en SLE estudiando en clases que van desde arte hasta historia y psicología. “Sabía que quería dedicarme a la educación, así que quería
aprender todo lo que pudiera”, dijo.

Durante este tiempo, el rabino Fried comprendió que los problemas de la educación especial en la comunidad judía iban más allá de los
programas estándar de educación especial.

“Ya estaba enseñando a niños que tenían dificultades”, dijo Fried. “Pero sentí que había una necesidad mucho mayor de niños con necesidades especiales que el sistema de ieshivá no ofrecía. Muchos de estos niños no estaban aprendiendo cómo encajar en la sociedad”.
Junto con el ex alumno de SLE Mordejai Miesels, lanzó Yeshivat Hadran en 2016, una ieshivá que atiende exclusivamente a niños jasídicos en el espectro del autismo. “Había programas educativos especiales y programas para niños con problemas de aprendizaje, pero ningún programa ofrecía capacitación en habilidades sociales y cómo ser una persona funcional en la
comunidad judía”.

La escuela comenzó con cinco estudiantes y ahora tiene 50. Cada día comienza con rezos (oraciones) y luego estudios judaicos; las tardes se
pasan en laboratorios simulados vocacionales, capacitación en habilidades sociales y en un programa de estudios generales bien
considerado. El rabino Fried dijo que la escuela se enfoca ampliamente en el plan de estudios de habilidades sociales y en enseñar a los
estudiantes cómo responder adecuadamente a las señales sociales y
adaptarse en situaciones sociales.

Los graduados han ocupado puestos en codificación de computadoras, trabajo de bajo voltaje e incluso enseñanza. El rabino Fried emplea a
varios graduados de Touro, incluidos exalumnos del programa de Terapia Ocupacional de la Facultad de Ciencias de la Salud y del
programa de Patología del Habla y el Lenguaje. “Nunca hubiera podido llegar a donde estoy ahora sin Touro”, dijo el rabino Fried. “Estoy profundamente agradecido con todo el personal de SLE y Touro”.

Si bien ahora hay varios programas para que los jasidim obtengan títulos seculares, el rabino Fried cree que ninguno de ellos existiría si no
fuera por SLE. “SLE fue un pionero”, explicó. “SLE fue la primera escuela en darse cuenta de la gran necesidad que había de este tipo de
programa, y sentaron las bases para todo lo demás”.